Hace una semana, el Liceo finalizó la segunda fase de DHB grupo C y el dando así por terminada la atípica temporada 2020/2021 de nuestro primer equipo senior
Carlos Bravo, entrenador del senior, nos hace una valoración de lo que ha dado de sí esta campaña.

Bravo:
«La temporada 2020-21 la podemos considerar como una continuación del periodo de transición que se inició la temporada pasada, ya que pocas cosas habían cambiado respecto a la misma.
Hay que tener en cuenta el condicionamiento que la pandemia haya podido tener, aunque creo que esto ha sido parecido para todos los equipos. Estuvimos desde marzo hasta mayo casi sin poder salir de casa, sin poder vernos y entrenar, sin poder participar en torneos de verano y además, con la incertidumbre de no tener muy claro si íbamos a poder competir en septiembre o cuales iban a ser las condiciones en las que podríamos hacerlo.
La pandemia también acabó con muchos de nuestros recursos económicos, cosa que no ocurrió en todos los clubes.
Durante ese periodo sufrimos algunas bajas, motivos físicos, laborales, económicos, incluso algún jugador que no quiso poner en riesgo a su familia conviviendo con el resto.
Otra baja laboral bastante significativa fue la de Ignacio Martín en el plantel técnico que nos dejó para ir a ocupar una plaza en el staff de La Vila que le brindaba una gran oportunidad.
A nivel de recursos humanos, en el plano positivo, tuvimos la continuidad y el compromiso de bastantes jugadores, el ascenso a la categoría de varios sub 18 y la recuperación de jugadores, algunos de ellos que estaban estudiando fuera y con motivo de la pandemia tuvieron que regresar.

En estas condiciones afrontamos la competición con la idea de entrar entre los seis primeros y poder hacer la segunda vuelta contra los mejores equipos.
El inicio con tres victorias consecutivas contra Arquitectura y los dos equipos sevillanos. Creo que todos los equipos estábamos igual de poco rodados y las cosas no iban mal.
El siguiente desplazamiento a Marbella nos hizo mucho daño. Perdimos el partido en la última jugada por una estupidez nuestra y perdimos con una lesión de larga duración a uno de nuestros mejores jugadores. El siguiente partido en casa Málaga nos hizo ver la realidad y cuál iba a ser el nivel de los equipos con aspiraciones y, desde luego, que nosotros no estábamos ni cerca de ellos.
Después vino el capítulo del no presentado ante Jaén, que nos trajo quebraderos de cabeza con la federación, pero tenemos que estar orgullosos ya que iniciamos el final de obligar a los equipos a jugar en ese campo que no reúne las condiciones para la práctica de este deporte. Almería también nos visitó y nos dejó una tarjeta de visita muy parecida a la que nos había dejado Málaga. Luego vinieron aplazamientos y modificaciones en fines de semana de la competición que no nos favorecieron nada y lo curioso es que nunca fue por culpa nuestra, pero la realidad es que Pozuelo e Industriales también nos mostraron que los equipos con aspiraciones tienen otra calidad.
El tropiezo grande fue contra Majadahonda en casa, puede ser que nos enfrentamos al único equipo que físicamente era inferior a nosotros y nuestro exceso de confianza y su gran actitud nos llevó a perder el partido y entra en una racha de mal juego y malos resultados que podía haber acabado fatal. La verdad es que el equipo tardó en reaccionar pero definitivamente lo hizo y acabamos esta vuelta consiguiendo un triunfo in extremis en Cáceres.
La segunda vuelta la iniciamos con otro partido aplazado y con un tropiezo contra Mairena en Sevilla que nos hizo tocar fondo. A partir de aquí nos planteamos de nuevo el trabajo y creímos detectar que estaba fallando la actitud, especialmente lo referente al sacrificio, la agresividad y la confianza en nosotros mismos. Trabajar en estos aspectos nos llevó a hacer varios buenos partidos aunque no con la suficiente continuidad.

En conclusión creo que el equipo, como es normal por la edad de los jugadores, está falto de experiencia.
Por otro lado creo que salvo con Majadahonda, hemos sido inferiores físicamente en todos los partidos, necesitamos más tamaño y más músculo. El tamaño obviamente es difícil de entrenar, pero convenzámonos de que ganar músculo es posible e imprescindible.
Creo que nos ha hecho daño que los tres jugadores que habían venido de fuera para echar una mano han estado casi toda la temporada lesionados.
En la parte positiva creo que el grupo ha permanecido unido y luchando hasta el último momento y que las incorporaciones de jugadores jóvenes han sido muy positivas, aunque me pregunto hasta qué punto va a ser bueno que jugadores recién llegados a la categoría hayan tenido tan poca competitividad para formar parte del primer equipo.
Fue una pena que la competición del segundo equipo empezase tan tarde y se hiciesen las fichas en una fecha en la que ya no podían jugar con el primer equipo y la verdad es que hay varios jugadores que nos hubiese gustado verles debutar en DHB.
Para finalizar decir que yo personalmente disfruto mucho entrenando a este equipo, pero considero que tenemos que valorar el club al que pertenecemos y la trayectoria histórica del mismo. Por lo que se debería hacer un esfuerzo para mejorar el proyecto y poder reformular objetivos aunque no sea a corto plazo. Un Club como el Liceo Francés no debería estar peleando cada año por no quedar entre los últimos de su grupo de DHB, tendríamos que pretender volver a los play offs y más adelante volver a DHA, y para eso hace falta mucho apoyo y mucho trabajo y no solamente de los jugadores y técnicos que ellos sin duda lo van a realizar.»
#AllezLycée
